La inteligencia artificial es evolucionando rápidamente, con proyectos como DALL-E 2 de OpenAI, MINERVA de Google y Gato de DeepMind, todos empujando nuevos límites tecnológicos. Hasta ahora, los gobiernos nacionales han tardado en adoptar esta tecnología de punta. Sin embargo, en 2023, las oportunidades de brindar servicios efectivos, específicos y asequibles a los ciudadanos los impulsarán a adoptar finalmente la IA, lo que hará que el gobierno sea más transparente, accesible y efectivo.
En algunos países, la IA ya se está utilizando para mejorar la interacción de las personas con el estado. Este año, el gobierno de Estonia lanzó un nuevo asistente virtual basado en IA llamado Bürokratt. Inspirándose en Alexa de Amazon y Siri de Apple, Bürokratt ofrece a los estonios una forma basada en voz de navegar por los servicios clave proporcionados por el estado, como renovar un pasaporte o solicitar beneficios.
En Finlandia, se anunció una plataforma similar llamada AuroraAI en 2018. Es parte de un esfuerzo más amplio para brindar a los finlandeses un servicio personalizado y autónomo que los ayude a navegar por varias etapas de la vida, ya sea el nacimiento de un hijo, el matrimonio o el cuidado de ancianos. . Esta plataforma no solo ayuda a los ciudadanos a interactuar con los departamentos gubernamentales, sino que también ofrece un servicio médico proactivo similar a un conserje que los ayuda a renovar recetas o incluso les notifica sobre nuevos riesgos para la salud.
En 2023, los gobiernos finalmente también comenzarán a usar IA y big data para abordar algunos de los mayores problemas de la sociedad. En educación, por ejemplo, empresas como CENTURY Tech, con sede en el Reino Unido, están ayudando a los gobiernos a ofrecer un aprendizaje personalizado. Su sistema actúa esencialmente como un tutor personal, complementando la enseñanza en persona que recibe un niño mediante el seguimiento del progreso y el análisis de las áreas de mejora.
Bien hechos, y con las protecciones de privacidad adecuadas, estos proyectos pueden generar una gran cantidad de datos que en sí mismos son un activo competitivo, lo que ayuda a que florezcan la investigación y la innovación. Solo considere el Biobanco del Reino Unido, una de las iniciativas biomédicas dirigidas por el gobierno más importantes en todo el mundo. Este proyecto ha producido una base de datos pública con información genética de más de medio millón de personas. Hasta la fecha, casi 30 000 investigadores de 86 países han accedido a él, lo que ha ayudado a las nuevas empresas de IA y biotecnología a crear nuevos medicamentos y terapias.
En 2023, los mundos virtuales a gran escala, como los construidos por la startup Improbable, también permitirán a los legisladores y funcionarios públicos jugar con la planificación y la toma de decisiones. Estos entornos sintéticos son esencialmente un metaverso para el gobierno, ayudándolos a modelar ataques cibernéticos o cómo se propagan enfermedades infecciosas, y demostrando cómo pueden responder de manera óptima.
Sin embargo, para que los gobiernos cumplan plenamente la promesa de la IA, deberán invertir. Pronto, una infraestructura digital integral, que incluye poder de cómputo nacional, una nube distribuida y un conjunto interoperable de aplicaciones y legislación legible por máquina, será tan importante para un país como las carreteras, el ferrocarril y el suministro público de agua. En 2023, cada vez más países acelerarán la construcción de tales arquitecturas digitales a nivel nacional, lo que les permitirá brindar más servicios receptivos impulsados por IA que atiendan al individuo y ayuden a la población en general. En 2023, los gobiernos audaces harán este movimiento y serán ejemplos a seguir para el resto del mundo.