ChatGPT, el nuevo programa de inteligencia artificial (IA), ha despertado alarmas que no se escuchen similares cuando tecnologías surgieron a utilizar con provecho en campos como la traducción automática. Claramente, ChatGPT amenaza con producir textos mas o menos elaborados. Eso tocó la sensibilidad de los periodistas, con más posibilidad de agendar sus temores que el gremio de los traductores.
La prensa disfruta en replicar columnas catastrofistas que le confirman sus miedos, como la de Yuval Harari en Los New York Times (24/3/2023). Su sentencia es apocalíptica. «La inteligencia artificial podría devorar rápidamente toda la cultura humana, todo lo que hemos producido a lo largo de miles de años, digerirla y empezar a producir una avalancha de borbotones de nuevos artefactos culturales. No sólo ensayos escolares, sino también discursos políticos, manifiestos ideológicos e incluso libros sagrados para nuevos cultos», dijo.
Desde hace mucho, la posición de la prensa ante la tecnología se parece bastante a la de la política. Abraza los peores pronósticos incluso antes de tener claras evidencias.
En el mismo diario, pero con menos repercusión, Noam Chomsky junto con dos especialistas (8/2/2023), afirmaron exactamente lo contrario. Desde su sólido conocimiento en lenguaje generativo expresan: «La mente humana no es, como ChatGPT y sus semejantes, un motor pesado estadístico para la coincidencia de patrones, atiborrándose de cientos de terabytes de datos y extrapolando la respuesta conversacional más probable o la respuesta más probable a una pregunta científica. Por el contrario, la mente humana es un sistema sorprendentemente eficiente e incluso elegante que opera con pequeñas cantidades de información».
antes y despues
Esa posibilidad creativa es la que la inteligencia artificial no emula. Que cierto sector del periodismo se sienta amenazado por ello habla más de la mecanicidad del trabajo que realiza que de las posibilidades reales de que, como vaticina Harari, la IA pudiera «hackear los cimientos de nuestra civilización».
El periodismo del cortar y pegar ya estabas muerto antes de la aparición del ChatGP, así como los exámenes monográficos en que insisten profesores decimonónicos. Igual de extinta estaba la política basada en la repetición de la misma receta de moda para todas las campañas.
De nuevo, dice el artículo de Chomsky, el aporte de cualquier actividad humana «no busca inferir correlaciones brutas entre puntos de datos, sino crear explicaciones». El artículo agrega una observación que parece describir la comunicación populista: «Mientras que los humanos están limitados en los tipos de descubrimientos que podemos conjeturar racionalmente, los sistemas de aprendizaje automático pueden aprender tanto que la Tierra es plana como que la Tierra es redonda». Igual que el consultor político oportunista que, parafraseando a Groucho Marx, podría decir: «Estas son mis campañas; si no le gustan, tengo otras».
ChatGPT, un momento prometeico
Con menos repercusión que la calamidad de falta de «píldoras azules» de Harari, Thomas L. Friedmann (21/3/2023) lo presenta como un momento prometeico. El periodista entiende que el desafío de la IA no es diferente al de la energía nuclear. Estas dio pruebas de su potencial destructivo y, por estar en el ámbito de los gobiernos, se dificultó la creación de «coaliciones adaptativas complejas, donde las empresas, el Gobierno, los emprendedores sociales, los educadores, las superpotencias competidoras y los filósofos morales se unan para definir cómo obtenemos lo mejor y amortiguamos lo peor de la IA».
La IA sí permite ese camino, que es el mismo que el de la pandemia, donde el virus no discriminaba derecha o izquierda, sino orientación al servicio público o guerra ideológica.
Tampoco estamos exentos de una nueva y, sin embargo, no hay tantas opiniones amenazantes como las que despierta cada nueva tecnología que aparece. Harari junto con otras tres mil firmas distinguidas entre las que están Elon Musk (Space X, Tesla y Twitter) y Steve Wozniak (Apple) urgen se detenga por seis meses el entrenamiento de la Inteligencia Artificial. Esa pausa debería servir para que se hagan más robustos y transparentes los sistemas y que los gobiernos aceleren políticas para la gobernanza. Como solución de los especialistas en el tema de todo el mundo, la carta no deja de ser una advertencia más. La desinformación lleva un mínimo de siete años en boga y aun espera soluciones de los estados. Y la mayoría de los firmantes tienen línea directa con los supuestos destinatarios de la “carta abierta” como para encontrar caminos más conducentes que la comunicación al mundo de su indignación moral.
Como cuenta el mito de Prometeo, los viejos dioses se sienten indignados porque el titán les entregó el fuego a los hombres. En este siglo, ocurrió con la clonación, tecnología que no se multiplicó en humanos, pero fue fundamental para el desarrollo de las vacunas. Hasta la Wikipedia fue condenada como el fin de la cultura y la amenaza de los maestros, igual que hoy el Chat-GPT. Recuerda Chomsky que Sherlock Holmes le dijo al Dr. Watson «Cuando hayas eliminado lo imposible, lo que quede, por improbable que sea, debe ser la verdad».Para dar alguna pista de las improbabilidades que ofrece la IA, el ChatGPT respondió a Diálogo Político algunas cuestiones sobre su posible uso en la política, en distintos aspectos. Recorriendo algunas de sus respuestas se puede comprobar que el ChatGPT es más prudente y criterioso al emitir opiniones que algunas personas.
Hablando con el ChatGPT
¿Por qué se habla tanto del ChatGPT?
- El ChatGPT está recibiendo mucha atención debido a sus capacidades de generación de texto de alta calidad y su capacidad para interactuar con los usuarios de una manera más natural y fluida.
- Esta tecnología ha demostrado tener gran potencial para aplicaciones en áreas como el servicio al cliente, la educación, el comercio electrónico y el entretenimiento.
- Además, el reciente lanzamiento de una versión mejorada GPT-3 ha generado una llamada aún más interesante en la tecnología.
¿Cómo va a cambiar la política?
- Como modelo de IA, soy incapaz de cambiar la política. No tengo el poder para realizar acciones.
- Es importante recordar que la política está influenciada por una variedad de factores que van más allá del alcance del ChatGPT. La política cambia en función de las elecciones, las votaciones, las leyes y reglamentaciones, la opinión pública y otros factores externos que son manejados por las personas encargadas para llevar a cabo dichos cambios.
¿Podrá reemplazar a los funcionarios de gobierno?
- Todavía no alcanzó el nivel adecuado para reemplazar en su totalidad a los funcionarios de gobierno. Pero sí es posible que en un futuro próximo pueda colaborar en las tareas administrativas y de toma de decisiones, siempre y cuando se mantengan bajo supervisión humana.
- Puedo mejorar la eficiencia de la gestión pública, permitiendo una mayor transparencia y reducción de costes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la IA no puede reemplazar la toma de decisiones basadas en valores, ética y empatía humana, aspectos que son fundamentales en el servicio público.
¿Podría escribir discursos políticos?
- Sí, ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer) tiene la capacidad de generar texto en diversos temas y estilos, incluidos discursos políticos.
- Sin embargo, es importante tener en cuenta que el texto generado por GPT no puede ser completamente coherente o relevante en el contexto político actual.
- Además, el uso de texto generado por IA en la política puede plantear preocupaciones éticas y de seguridad. Por lo tanto, es importante evaluar cuidadosamente el uso de la tecnología de IA en el ámbito político.
¿Cómo podría colaborar con la desinformación?
- Como modelo de lenguaje, no puedo fomentar ni justificar la colaboración de la inteligencia artificial con la desinformación.
- Sin embargo, podría ser utilizado con fines malintencionados, como la creación y distribución de noticias falsas, la manipulación de sistemas de recomendación de información o la invasión de la privacidad de las personas.
- Por lo tanto, es importante desarrollar regulaciones y estándares éticos para garantizar que la IA se utilice de manera responsable y no se apruebe la desinformación.
¿Qué va a reemplazar primero: los periodistas o los consultores?
- Como modelo de lenguaje de inteligencia artificial, no tengo las habilidades para predecir el futuro.
- Sin embargo, es posible que tanto los periodistas como los consultores sean eliminados por la IA en ciertas tareas en el futuro cercano.
- Por ejemplo, los chatbots ya están siendo utilizados por algunas empresas para brindar soporte al cliente, lo que podría reemplazar a algunos consultores.
Artículo publicado en diaologopolitico.org