El biologicismo afirma que los comportamientos humanos están guiados por los fenómenos biológicos subyacentes. Así, por ejemplo, este planteamiento teórico formula que las relaciones de amistad entre ambos sexos siempre estarán amenazadas por la posibilidad del inicio de una relación sexo-afectiva.
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Para María Fernanda Acosta, psicóloga y terapista de pareja, sin embargo, los comportamientos humanos no están dictados solamente por nuestros instintos biológicos reproductivos.
“Es una postura muy básica cuando entendemos la complejidad del funcionamiento del ser humano, aunque nuestra naturaleza busque la reproducción, nosotros tenemos procesos que van más allá de nuestras necesidades básicas. Hay personas, por ejemplo, que deciden no tener sexo por algún motivo. No estamos gobernados solamente por la biología”, subraya Acosta.
Para la sexóloga Nuria Vanegas, sin embargo, la línea entre una relación amistosa sin un componente sexual y una que involucre encuentros sexuales es “muy delgada”. Una vez que se entra en ese territorio, continúa, es difícil regresar a ser solo amigos.
“Es muy frecuente que una de las dos personas se interese. Tengo algunos pacientes que primero fueron de los mejores amigos, estaban en relaciones, y luego de su relación evolucionó y abandonaron a sus respectivas parejas”, dice Vanegas.
Amistad
Las amistades entre hombres y mujeres, no obstante, tienen sus beneficios emocionales. Por un lado, exponen Acosta, las mujeres pueden sentir un “apoyo desde el punto de vista de la mirada masculina” para tomar decisiones, y lo ven como un “espacio seguro”.
En cuanto a los hombres, continúa, sus amistades con mujeres pueden servir de “refugio”, pues las relaciones con otros varones pueden resultar muy competitivas, pues están “matizadas por otros temas culturales donde hay que tener ciertos comportamientos”. Así, el hombre se puede sentir más libre con sus amigas que con sus amigos.
Muchas diferencias salen a relucir cuando un hombre y una mujer conversan y pasan tiempo juntos como amigos, pues “la estructura cerebral y de comunicación es diferente a la de una mujer”, según Vanegas. Los hombres, dice, son directores, y preferirán hablar sobre deportes, política o áreas afines, mientras que entre mujeres las charlas son mucho más “confidenciales”, y no se centran alrededor de un tema ajeno, sino sobre sus vidas.
Sin embargo, Acosta concede que cualquier amistad puede resultar en una relación romántica y sexual eventualmente, pero para ella la atracción sexual incluso se puede manejar en el marco de una amistad.
atraccion y celos
“Pensar que no es posible la amistad con alguien que te atraiga es una concepción muy básica del ser humano”, dice la psicóloga, añadiendo que bajo la lógica de que el hombre y la mujer no pueden ser solo amigos, o que no se puede tener una relación amistosa con el sexo que te atraiga, las personas bisexuales no podrían tener amigos.
Vanegas, en cambio, piensa que si existe atracción puede haber “una relación de amistad encaminada a convertirse en una de pareja”. Que se quede en amistad, exponen, es imposible, añadiendo que también depende de si ambas partes son recíprocas en sus sentimientos.
La cuestión de los amigos del sexo opuesto puede ser una fuente de celos en relaciones de pareja. Acosta señala que alejarse de amigos platónicos por celos de la otra persona, no obstante, no es sano. “Cuando uno inicia una relación de pareja, existe el riesgo de que toda tu atención se vaya ahí, nuestro cerebro está funcionando distinto”, subraya Acosta. “Irte aislando de amistades no es sano”.
Los celos, expresa Vanegas, son comunes en individuos con “recuerdos traumáticos” de haber sufrido una infidelidad en alguna relación pasada. Por el contrario, si la persona nunca ha experimentado una traición, pero aun así desconfía de los amigos o amigas de su pareja, ese miedo al abandono se podría catalogar como celotipia, un trastorno de celos.
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“Casi todas las parejas tienen celos respecto a los amigos anteriores. Los amigos del sexo opuesto van a formar parte del grupo de rivales de la pareja, y es una situación bastante difícil. Puede que sean amigos de mucho tiempo y llega esta nueva pareja y dice ‘no vas a salir más con esta persona’”, indica Vanegas, aunque los amigos pueden ser admitidos “socialmente” dentro de la pareja si es que no se trata de una persona nociva y la pareja celosa ha “sanado”.
Desde temprana edad, según Acosta, las relaciones entre niños y niñas se sexualizan mediante comentarios hechos por parte de adultos, que sirven para ayudar a que muchos niños internalicen que el sexo opuesto solo está para tener relaciones románticas. Bromear con “noviecitas”, por ejemplo, es “erotizar” a un niño. “Hablar sobre ‘novios’ o ‘novias’ no es algo que se deba vivir en la infancia. Es algo que corresponde a otro momento del desarrollo”.
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Este tipo de comentarios vuelve a los niños más vulnerables a ser abusados sexualmente, pues la erotización se normaliza, y es peligroso que los niños “vayan construyendo su identidad” a partir de lo que les dicen sus seres queridos. (I)
