El contenido de este artículo es el producto exclusivo de la inteligencia humana, la mía y no de la inteligencia artificial. En adelante IA.
La UE la define como el software capaz de generar infinidad de resultados, tales como recomendaciones, predicciones, cálculos y decisiones que tendrán influencia en nuestras vidas y en el conjunto de la sociedad. Es el hombre quien fija y define el alcance de los objetivos y alimenta de datos los sistemas inteligentes que serán utilizados por la IA. Esa es la clave de todo.
La IA hoy ofrece usos y aplicaciones, positivos y negativos, medicina, ciencia, arte, tecnología, deporte… responde a todo lo que preguntemos o pidamos, es capaz de generar grandes oportunidades para las empresas, los gobiernos y ciudadanos, pero también puede provocar Imágenes falsas y noticias con riesgos incalculables y serias consecuencias. Se la considera como un arma atómica, capaz de dirigir robots asesinos, de modificar el resultado de elecciones o manipular información a punto de generar conflictos entre los países, (fue el caso entre India y Pakistán) es capaz de crear hackers informáticos capaces de interceptar sistemas que contienen información sensible (fue el caso en Berlín, el gobierno sufrió un ataque informático provocado por un hacker producto de la IA). Hoy tenemos que afrontar el riesgo que la IA representa para el conjunto de nuestros derechos como ciudadanos y humanos.
La clase política mundial es impotente ante el fenómeno de la IA, que es más rápida que la regulación que podría frenar o controlar los excesos. Nos enfrentamos al gran dilema, frente a lo inevitable, por un lado apoyamos el progreso y los avances tecnológicos, sin caer en los abusos, riesgos y peligros que conlleva el mismo.
En EEUU el mismo Geoffrey Hinton, considerando cofundador y figura mayor de la IA, tal como la conocemos hoy, recompensado por el premio Turing, (equivalente al premio Nobel de informática), se preocupa por las consecuencias inesperadas que genera la IA y teme que el exceso y mal uso no terminan controlando a la humanidad. Es la creación que supera al creador en velocidad y magnitud. Él investigó el funcionamiento de las conexiones de las neuronas y el sistema de aprendizaje automático profundo (deep learning) que revolucionó la disciplina. Hinton renunció a su puesto como jefe de ingenieros en Google para poder denunciar con libertad los peligros que representa la IA, sin que ello perjudique a la empresa. Las razones que motivaron su decisión son varias, la aprehensión y gran preocupación por el poder de sistemas como ChatGPT, programados con una especie de «sentido común, capaz de resolver y responder a todo», superan y manejan mil veces más rápido que un humano la capacidad para calcular y acumular datos. El cerebro tiene más de 100 billones de conexiones y, sin embargo, el algoritmo del aprendizaje de los sistemas de IA es mayor que el nuestro. Es aterrador, afirmó Hinton en las columnas del New York Time y en conferencias donde denuncia las consecuencias incontrolables y nefastas de la IA.
La tercera generación GPT-3 sabe hacer de todo, es el transformador generativo, prentrenado para escribir poemas, traducir, calcular, crear programas informáticos, mantener conversaciones en línea, corregir textos, redactar artículos, crear imágenes… Su cerebro es capaz de escribir como nosotros y es la primera y más grande red de neuronas artificiales. Para «aprender a escribir» leyó más de 500 mil millones de palabras, el equivalente a más de 150 veces toda la enciclopedia Wikipedia, en todos los idiomas y supera 100 veces la capacidad de su predecesor que Chat GPT-2, programado en una de las computadoras mas potentes del mundo, propiedad de Microsoft.
El sistema Chat GPT-3 empezó a funcionar en mayo, obra de la empresa americana Open IA, cuyo cofundador es Elon Musk. Solo las empresas más grandes del mundo pueden darse el lujo de utilizar este coloso de IA, entre otros motivos, porque son las únicas que pueden afrontar el alto costo que representa en energía su utilización.
Regulación, indispensable
La Unión Europea, es la primera y única en haber logrado una reglamentación sobre la IA (Artificial Intelligence Act) destinada tanto a los actores del sector público como del privado que la utilicen. La misma previsión que una sociedad extranjera, ya sea china o americana, está obligada a respetar la reglamentación si quiere comercializar sus algoritmos en la zona de la UE Por el momento el reconocimiento facial, que genera un gran debate a nivel mundial, está prohibido. China lo usa sin ningún respeto por los derechos humanos. ¿Acaso queremos estar controlados permanentemente sin nuestro consentimiento?
El AI Act fue aprobado por el Consejo Europeo y tiene como objetivo encuadrar el desarrollo de la IA. Una certificación será necesaria para todas las categorías de alto riesgo. Será obligatorio indicar o precisar cuándo los contenidos, textos o imágenes son generados por los sistemas Chat GPT de IA.
Thierry Breton, Comisario Europeo del mercado interno y de la regulación digital trabajó mucho para lograr que la UE apruebe tal regulación. El objetivo es instaurar confianza, transparencia, ética y control humano sobre el avance de la IA; es decir, que sea una fuente confiable para todos. La UE prevé en su presupuesto invertir 20 mil millones de Euros por año durante los próximos 10 años en desarrollar la IA para el sector público y ayuda al privado.
Si una persona publica una imagen generada por la IA en las redes sociales sin precisarlo será objeto de sanciones y recursos judiciales, se sabrá cómo encontrar los autores responsables de la publicación. Hoy es fácil ya que los software de IA no están obligados a integrar los instrumentos necesarios para detectar, distinguir y rastrear la fuente de una imagen y si la misma es creada o no por la IA.
Los sistemas de control clasifican el riesgo como «inaceptable» amenazan a los ciudadanos de la UE. De «alto riesgo» es la IA presente en infraestructuras críticas (transportes o salud) susceptible de poner en riesgo la vida de los ciudadanos, la formación escolar o profesional, seguridad en los productos, la cirugía asistida por robot, empleo, gestión del trabajo , administración de la justicia, o los procesos electorales.
Un invitado muy especial
Viva Tech es el evento tecnológico más importante de Europa que trata los mayores desafíos económicos, sociales y tecnológicos, reúne a los líderes de las empresas multinacionales, jefes de gobierno y las startups cada vez más innovadoras, sin olvidar los robots que se pasean entre el publico mostrando sus habilidades.
Este año contamos con la presencia del multimillonario más rico del mundo, controvertido, visionario sin complejo y con más poder que un jefe de estado Elon Musk. Bajo un sol ardiente, la espera para poder ingresar al recinto fue larga pero valio la pena. Más de 4.000 personas lo recibieron como una estrella de rock. «La energía del público es una fuente de inspiración», afirmó el fundador de Pay Pal, Tesla, Space X, Neuralink, y dueño de Twitter. Musk afirma jugar un rol mundial a través de sus empresas, «mi sueño es hacer avanzar y proteger la civilización humana, muy fragilizada».
Está convencido de que se puede lograr una vida multiplanetaria con Space X y, en el caso de Neuralink, ya obtuvo la autorización en EEUU para realizar test con el fin de implementar un chip en el cerebro humano para personas paralizadas o con problemas neurológicos, el mismo podrá comunicarse y dar órdenes directamente a una computadora.
Interrogado sobre las consecuencias del mal uso de estos instrumentos tecnológicos, en particular en países como China, entiende que cada país tiene su propio de las nuevas tecnologías. Con IA se corre el riesgo de provocar un apocalipsis para la humanidad. Considere necesaria la regulación y se comprometa a respetar el marco regulatorio europeo una vez aprobada la ley en cada estado de la Unión, se trata del Digital Services Act. Estima que la IA debe ir en el sentido del interés común y de los ciudadanos, y en el contrario. A pesar de su poder e influencia, afirma que no será candidato a la presidencia de los EEUU porque «no podría enviar cohetes a la Luna oa Marte, ni fabricar autos eléctricos, ni desarrollar mas productos de la IA».
El empresario, durante su visita a Francia, no aseguró su intención de instalar la fábrica de baterías eléctricas Tesla como lo había prometido.
Esto conduce a una situación paradójica; por un lado, en Francia e Italia tienen gran interés en que invierta en suelo europeo, pero por otro lado es inaceptable que haya renunciado al código de buena conducta que impone la Unión Europea sobre la libertad de expresión sin censura, con contenidos injuriosos, ofensivos o la desinformación practica muy corriente en Twitter.
El rol de los estados
Francia está decidida a desarrollar sistemas GPT para lograr cierta independencia de los gigantes tecnológicos americanos; ya cuenta con ingenieros talentosos, datos y expertos en calculadoras con super potencia. Para esto se anunció una inversión de un millón de Euros para digitalizar y poder hacer uso de las ventajas tecnológicas en idioma francés y que sean accesibles a todos (textos, datos, sonido, imágenes…)
Los gobiernos deben decidir cómo integrar y utilizar el avance de la tecnología que debe ir acompañado de un marco regulatorio adecuado. Son ellos los responsables de ofrecer sistemas confiables, transparentes y accesibles. No es sólo una cuestión tecnológica, sino que las reglas deben estar claras, los contenidos deben ser fiables y seguros. Es la única manera de protegernos.