Es inevitable que en la próxima década haya una explosión de compañías en la industrias aeroespacial en todo el planeta, y el mundo hispano no va a ser la excepción. La industrias aeroespacial es y será clave para la humanidad, no sólo para transportar las señales de tecnologías como 5G, sino también para llevar a cabo mejoras en otras áreas de las telecomunicaciones, la agricultura, infraestructura, la seguridad, blockchain y más.
Todo ello implica una «Nueva Economía Espacial» a la que hay que volver a ver. De acuerdo con Statista, a nivel global, la industrias de los satélites próximos alrededor de 279 mil millones de dólares en ganancias en 2021.
En este sentido, al 31 de marzo de 2020, se contaban 1,327 satélites en órbitas operativas por Estados Unidos; 363, por parte de China, y 169 por parte de Rusia. Le siguen 807 satélites operativos por países del resto del mundo. Pero, ¿y Latinoamérica?
«Cuando un niño crece en Europa, en Japón, en el pasado en Rusia o en Estados Unidos, sabe que tiene una agencia a la que puede aspirar para explorar el espacio, pero cuando una niña nace en América Latina, su único sueño de llegar al espacio es ir a otro pais. Aunque puede lograrlo -porque el equipo que está explorando con el último Rover en Marte de la NASA, lo integran personas de Puerto Rico, Perú, Colombia y de México-, ellos tuvieron que migrar a Estados Unidos. La pregunta es ¿por qué en un mundo remoto la gente tiene que migrar?, ¿por qué no podemos hacerlo en Paraguay, en Bolivia, en Colombia, en donde sea?«, se pregunta Freddy Vega, CEO y cofundador de Platzi, la plataforma de educación en línea más grande de habla hispana.
Por ello, Platzi actualmente se está preparando para convertirse en la primera EdTech de la historia en lanzar un satélite al espacio, con el que además, podrán interactuar con sus estudiantes.
«Podría sonar utópico que una startup que está basada en una plataforma de educación online y en una comunidad, lance un satélite, pero el objetivo de Platzi es democratizar la educación tecnológica en Latinoamérica para que la región no dependa solo de sus recursos naturales o de la migración para prosperar«, afirma.
De acuerdo con la Agencia Espacial Mexicana, «México tiene un gran potencial para convertirse en líder en desarrollo espacial. Para lograrlo, se requiere implantar una política educativa enfocada a formar un mayor número de especialistas en temas de ciencia y tecnología espacial. Esta política debe considerar todas las especialidades, no solamente las ingenierías«. Por otro lado, afirma que «las carreras relacionadas con ciencia y tecnología en general son caras y la ingeniería espacial no es la excepción«.
En este sentido, Platzi ha creado su Space Program, una serie de cursos que son clave para los primeros pasos en la formación de cualquier persona en temas aeroespaciales. De acuerdo con Vega, es importante que todo aquel que quiera aprender sobre el espacio, aprenda sobre diferentes disciplinas como astronomía y física, programación e internet de las cosas, entre otras.
«Saber sobre cosmología, astroquímica, astrobiología y conceptos de programación e internet of things, será crucial para todo aquel que quiera aprender sobre el espacio«. En este aspecto, el programa de capacitaciones por parte de Platzi representa un camino de aprendizaje accesible para toda la región, pues no existe otro espacio donde las personas aprendan todo este proceso online.
Beneficios de explorar el espacio
Latinoamérica puede tener un mejor lugar en la industrias aeroespacial y garantizar que sus países tengan acceso al espacio para mejorar sus condiciones de vida, ya que el estudio del espacio podría derivar en la mejora de las telecomunicaciones, mapeos geoespaciales que eviten desastres naturales, así como combatir el calentamiento global, entre otros beneficios.
Se estima que en 2040 la economía del espacio global superará el billón de dólares durante, con tasas de crecimiento anual cercanas al 10% sostenidas los próximos veinte años e inversiones cada vez más frecuentes.
Así que no resulta nada descabellado pensar que cualquier persona desde casa puede tener acceso al conocimiento ya la tecnología espacial, incluso si se encuentra dentro de Latinoamérica. La clave de ello está en la democratización de este tipo de conocimiento para colocar a América Latina en un lugar relevante en la toma de decisiones de la industrias aeroespacial.
«Lo primero es que nuestros estudiantes sepan que es posible. El solo hecho de construir conocimiento, aunque arranque pequeñito, se vuelve una bola de nieve, que le permite a muchas otras personas soñar que es posible«.