ES cierto que al usar ChatGPT, así como otros modelos de inteligencia artificial (IA), se está contaminando al medio ambiente como se ha señalado en redes sociales.
Especialistas en el uso de tecnologías y un informe reciente coinciden que, tanto el uso de internet, como los nuevos modelos de inteligencia artificial, tienen un impacto ambiental indirecto.
Una publicación en TikTok de un influencer en tecnología, lanzó hace unos días un video en donde lanzó la siguiente pregunta:
“¿Sabías que estás contaminando mientras usas ChatGPT?”.
El video cuenta con más de 110.600 visualizaciones, supera los 3.500 me gusta y tiene más de 80 comentarios.
es Gorjeo el pasado 19 de abril pasado otro usuario -al tomar en cuenta un artículo de un medio digital- expuso:
“ChatGPT consume una botella de agua por cada sesión de chat. Mantener activo ChatGPT, el popular chatbot de OpenAI, es muy caro, y también consume muchos recursos. Entre ellos, una gran cantidad de energía necesaria para mantener activos los servidores. Pero también un exceso…”
El mensaje en Twitter suma más de 64.000 visualizaciones, tiene más de 500 me gusta y supera los 100 retuits.
Consumo de agua en el uso de IA
Para que los distintos modelos de inteligencia artificial como ChatGPT y otros funcionen, dependen de los centros de datos, los cuales son instalaciones físicas que requieren de agua y energía.
En el estudio denominado “Hacer que la IA sea menos “sedienta”: descubrir y abordar la Huella hídrica secreta de los modelos de IA”, investigadores de la Universidad de Texas en Arlington y de la Universidad de California realizaron recientemente estimaciones de la huella hídrica de algunos modelos de inteligencia artificial.
Bajo una metodología modelada, los investigadores lograron inferir que “ChatGPT necesita ‘beber’ una botella de agua de 500 mililitros para una conversación simple de aproximadamente 20 a 50 preguntas y respuestas, dependiendo de cuándo y dónde se implemente ChatGPT.3”.
Y aunque reconocieron que les fue imposible conocer la huella hídrica real del modelo de inteligencia artificial de Google, LaMDA, al no tener información detallada; estimaron que “la huella hídrica total del entrenamiento de LaMDA es del orden de millones de litros”.
Carlos Gómez Rodríguez, catedrático de Ciencias en la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidade da Coruña, dijo a la Voz de América que las estimaciones de la huella hídrica de ChatGPT, están basadas en función del agua que consumen los centros de datos para la refrigeración -a fin de que no se calienten- y para la producción de electricidad.
Destacó que al ser modelos que utilizan redes neuronales bastante grandes, tienen un gran número de parámetros que requieren mayores recursos. “Un asistente de este tipo (IA) consumiría más o menos 10 veces más que una búsqueda convencional en Google”, dijo.
El especialista reconoció también que no solo se trata de ChatGPT si no de otros modelos de IA y añadió: “es algo que sucede en general en los centros de datos y que por lo tanto también estamos consumiendo tanto agua, como emitiendo CO2”.
Jean Luc Lenoble, asesor en marketing digital en redes sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a la VOA que tanto ChatGPT como Facebook, Google, Yahoo!, Amazon y distintas plataformas funcionan a través de un centro de datos que tiene millas de computadoras y servidores que a su vez utilizan agua y energía.
“Todos esos servidores se calientan mucho, las computadoras para generar todos esos datos se calientan mucho y para que no se calienten se usa mucha agua y aire acondicionado para enfriar los data center y en ese sentido sí contamina”, detalló.
El especialista dijo que una forma de reducir el uso de recursos en los centros de datos de parte de las empresas, es el uso de energía limpia o la instalación de centros de datos en otros lugares geográficos con menos calor.
“Los centros de datos en las partes más frías del mundo, como Suecia y Finlandia, operan en ambientes naturalmente más fríos, por lo que requieren menos agua para la refrigeración”, señala un informe de Microsoft de abril de 2022.
De acuerdo con el informe ambiental de Google de 2021, la compañía requirió 5.689 millones de galones de agua para su operación.
Emisiones de carbono de TI y IA
Diversas investigaciones sostienen que las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) tienen un impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un artículo de Science Direct expone que, de acuerdo con diversos estudios revisados por pares, se estima que la participación actual de las TIC en las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) es del 1,8 % al 2,8 % de las emisiones globales de GEI, e incluso podrían ajustarse hasta el 3,9 %.
Greenpeace en un informe de 2017 denominado Clicking Clean estimó por otro lado que la huella energética del sector de tecnologías de la información (TI) consume aproximadamente el 7 % de la electricidad mundial.
¿Qué significa ello? Greenpeace señala que según el estudio si se pudiera considerar al internet como un país, tendría el sexto lugar en contaminar el mundo.
“Cada búsqueda online que realizamos liberamos al ambiente 0.2 gramos de dióxido de carbono (CO2) contribuyendo al efecto invernadero que acelera el cambio climático”, destaca en su análisis Greenpeace.
Un artículo de la revista MIT Technology del Instituto de Tecnología de Massachusetts hace referencia a un artículo de investigadores de la Universidad de Massachusetts, Amherst, en el cual evaluaron el ciclo de vida para entrenar algunos modelos de inteligencia artificial (IA).
Según el informe de 2019 se descubrió que el proceso para entrenar distintos modelos de IA puede emitir más de 626.000 libras de dióxido de carbono, un estimado de cinco veces las emisiones de por vida del automóvil estadounidense promedio (incluyendo la fabricación del vehículo).
“Por ejemplo, el propio el GPT3 que era una versión anterior de lo que hoy es ChatGPT, el GPT 3, en su entrenamiento consumía más de 500 toneladas de CO2, que es como la huella de carbono de 30 norteamericanos”, explicó a la VOA Carlos Gómez Rodríguez, catedrático especializado en ciencias de la computación e inteligencia artificial.
Falta de transparencia de compañias
Aunque existen estimaciones de las emisiones contaminantes y la cantidad de agua dulce que utilizan los diversos modelos de inteligencia artificial de forma indirecta, los especialistas sostienen que falta transparencia de parte de las compañías que generan estas tecnologías.
En el artículo “Hacer que la IA sea menos “sedienta”: descubrir y abordar la Huella hídrica secreta de los modelos de IA” los investigadores consideran la necesidad de aumentar la transparencia de la huella hídrica de los modelos de IA, lo que incluye divulgar informacion sobre datos operativos.
Al respecto, Carlos Gómez Rodríguez, especialista en ciencias computacionales e inteligencia artificial, coincidió con el análisis en que no hay mucha transparencia sobre el consumo de agua e incluso dijo que el análisis sobre ChatGPT y su huella hídrica se basa en estimaciones con margen de error.
“No hay mucha transparencia porque por ejemplo este estudio que se ha hecho sobre el consumo de agua (de ChatGPT) está basado en unas estimaciones que tienen un margen de error bastante grande, no porque los autores el estudio han hecho nada mal, para nada , sino simplemente porque estas grandes empresas que liberan estos sistemas no cuentan con apenas datos, entonces hay que trabajar un poco con estimaciones, yo creo que ese es uno de los motivos por los cuales no hay tantos estudios, porque faltan a veces datos con los qué trabajar”, comentó.
Para Gómez, el requisito de transparencia en el consumo de los centros de datos y los distintos modelos de inteligencia artificial, es necesario para saber cuánto se está contaminando a detalle con todo lo rutinario que se hace en internet.
“Ahora mismo si hubiera una medida que se pudiera tomar para mejorar, lo que sería establecer unos requisitos de transparencia, porque es a partir de ahí cuando luego se pueden tomar decisiones para decir ‘debería usar este sistema o debería usar este otro’, porque hay que regular, intentar poner límites esa contaminación, pero si no tenemos los datos no podemos hacer nada o por lo menos no podemos hacerlo bien, tomar decisiones bien fundamentadas”, dijo.
¿Qué dice ChatGPT?
Y para conocer qué dice ChatGPT sobre cuánto puede contaminar al utilizarlo, se le preguntó al propio chatbot de inteligencia artificial.
En la consulta ChatGPT respondió que al ser un modelo de lenguaje basado en inteligencia artificial no tiene un impacto directo en el medio ambiente, pero reconoció que para su formación y funcionamiento se requiere una cantidad de recursos informáticos y energéticos.
“Los modelos de lenguaje basados en inteligencia artificial, como ChatGPT, funcionan en servidores de alto rendimiento que consumen grandes cantidades de energía eléctrica, ya menudo están ubicados en centros de datos que también tienen impactos ambientales significativos”, se refiere en la respuesta en texto.
Y al cuestionar al sistema sobre cuánto agua se utiliza para enfriar los servidores que alojan el poder de cómputo de ChatGPT, el modelo de IA determina que la cantidad de agua utilizada “dependerá del tipo y la capacidad de los servidores, la ubicación del centro de datos y el método de enfriamiento utilizado”.
¿Cómo contribuir a reducir la huella de carbono en internet?
De acuerdo con The Good Planet un correo electrónico en promedio emite 4 gramos de CO2 (equivalente de dióxido de carbono), por lo que cada acción en línea e internet, incluyendo el uso de inteligencia artificial, implica un impacto en el medio ambiente.
Para ello, Jean Luc Lenoble, director del centro de formación de Marketing Capacitación en México, plantea la visión de “desintoxicación digital” que son acciones en pro de la sustentabilidad en el uso de internet, inteligencia artificial y otros sistemas.
Algunas ideas que considere son: apagar el módem en la noche, apagar el celular cuando no se usa, no enviar correos en adjuntos a quienes no es necesario o borrar aquellos que no se necesitan.
Aunque reconoció que el uso de las TI no es la mayor contaminación genera en el mundo, dijo que es necesario ser consciente sobre la economía de los recursos del planeta.
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